enero 29, 2009

Especie en peligro de extinción: Quetzal

El quetzal (Pharomachrus moccino), habitante de los bosques tropicales nublados del sur de México y Centroamérica, es una vistosa ave que se encuentra en peligro de extinción debido a la progresiva destrucción de su hábitat y al tráfico ilegal de la especie.
A lo largo de los años ha sido reconocido por las llamativas plumas verdes de su cola, las que pueden superar los 90 centímetros de largo y que utiliza para atraer a su pareja durante el periodo de reproducción.En siglos anteriores, tanto aztecas como mayas ocuparon estas plumas para adornar los tocados y vestimentas de la realeza, otorgándole, incluso, características divinas a la especie.Es un ave desconocida para muchos; sin embargo es el emblema de la república de Guatemala y el ave sagrada de los antiguos aztecas, para las culturas mesoamericanas simbolizaba la fertilidad, la abundancia y la vida.En la actualidad existen pocos programas nacionales de conservación de esta especie, el trabajo de algunas entidades está enfocado en la protección de su hábitat.
Nombre común: Quetzal, del náhuatl quetzalli: hermosa pluma, y que muchos consideran una de las más bellas del mundo.
Reino: AnimaliaClase:
Aves Orden: Trogoniformes
Familia: Trogonidae
Nombre científico: Pharomachrus mocinno, cuyo significado es “garganta grande”.
Hábitat: Se localiza en lugares húmedos, principalmente en bosques montañosos altos, que van desde Chiapas, México, hasta Panamá.
Estos bosques presentan una corta temporada de secas; casi todo el año se encuentran cubiertos por niebla, que el viento impulsa hacia las montañas desde las zonas más bajas.Ver a un quetzal en los bosques de niebla no es una tarea fácil, ya que su verde plumaje lo ayuda a pasar inadvertido entre la exuberante vegetación. Sin embargo, si se observa detenidamente los troncos de los árboles que tienen huecos, posiblemente se corra con suerte para avistar una de estas aves, pues su larga cola llega a alcanzar hasta 90 cm de longitud.En México, de acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos de 1992, el bosque de niebla cubría tan sólo 0.07 por ciento del territorio nacional y a la fecha se le considera uno de los ecosistemas más amenazados del país.
Descripción del animal: Es considerada como el ave más bella del continente americano; tiene un tamaño que va desde los 30 a los 35 cm de largo, posee un plumaje verde esmeralda brillante o iridiscente, sus patas son cortas y de color oscuro, teniendo los dos primeros dedos hacia atrás y los otros dos hacia delante (morfología heterodáctila), lo que hace que sean clasificados como verdaderos perchadores.Los machos son inconfundibles por las plumas cobertoras de su cola, las cuales pueden llegar a medir hasta 90 cm. A pesar de que las plumas más largas son verdes, el quetzal posee plumas negras en el centro y abajo de la cola.En la cabeza tienen una cresta erizada, formada por plumas erectas y comprimidas unas con otras; su pico es amarillo y el pecho y vientre son de color rojo carmesí intenso.
Las hembras son de colorido más modesto, con la cola mucho más corta y con las plumas manchadas de color oscuro; la cabeza es de color café pardo, con el pico negro y únicamente tiene el abdomen rojo.
Tipo de alimentación: Se alimenta de frutos como aguacatillos silvestres, pero también de bayas, renacuajos, ranas arborícolas, caracoles, pequeñas lagartijas e insectos (escarabajos, insectos palo, etc.).
Reproducción: Su etapa de reproducción es de febrero a junio. La etapa de cortejo es de enero a febrero y se caracteriza por repetidos vuelos y reclamos.Anidan en pequeños claros del bosque, en árboles con troncos destruidos o muertos (tocones), sin embargo algunas veces utilizan nidos abandonados por otras aves como los del pájaro carpintero. Se sabe que tanto la hembra como el macho intervienen en la excavación del nido.Durante la incubación, el macho se sienta sobre sus largas plumas dobladas, que quedan colgando hacia fuera del nido; así, de lejos, sus plumas parecen las hojas de una planta.
Los huevos de una puesta normal son dos, aunque en algunos casos es de tres; su color es azul claro con los extremos achatados.El periodo de incubación es de 11 a 18 días, en donde participan tanto la hembra como el macho. La crianza de los polluelos es de marzo a junio.Al finalizar la reproducción, los quetzales inician la migración hacia ecosistemas de menor altitud, entre los mil 100 y mil 400 m.Una vez que finaliza la migración altitudinal, los quetzales retornan a sus territorios reproductivos en donde se reencuentran con su pareja del año anterior y se reinicia así una nueva temporada reproductiva.
Número de crías: Generalmente procrean de dos a tres polluelos.LongevidadEn cautiverio no rebasan los 20 años.
Comportamiento: Esta bellísima ave es muy tranquila, únicamente tiene movimientos rápidos o ágiles cuando quiere obtener su alimento.Su vuelo es ondulante, como el sube y baja. Cuando emprende el vuelo, el macho se deja caer hacia atrás para no maltratar su gran cola.Especialmente cuando inician su periodo de reproducción, se observa un fantástico espectáculo ya que realizan danzas o bailes de demostración de sus bellos colores hacia la hembra, así también vuelos verticales suspendidos en el aire, generalmente en áreas abiertas. También ejecutan cantos y reclamos muy fuertes seguidos unos de otros.
Estado de conservación: Las leyes mexicanas protegen esta ave ya que sus poblaciones han disminuido drásticamente. Según la Norma Oficial Mexicana 059-ECOL-2001 que determina cuáles son las especies de flora y fauna silvestre en alguna categoría de riesgo, ésta es una especie en peligro de extinción.Actualmente se ubica en el apéndice I de CITES. (Convenio para proteger las plantas y animales amenazados por el comercio ilegal).Causas de extinciónLas principales amenazas que enfrenta esta especie que vive en los bosques de niebla de Chiapas y Guatemala son:a) Captura furtiva para su comercialización como mascotas y la venta de sus plumas.Saqueadores y contrabandistas de fauna exótica de Chiapas agudizan los riesgos de extinción de especies endémicas y en peligro de desaparecer en la región.Los terribles métodos de captura, las inhumanas condiciones de transporte y almacenamiento, la alimentación inadecuada y el gran estrés al que son sometidos, son factores que determinan la extinción de estas aves.
Autoridades del zoológico Miguel Álvarez del Toro (Zoomat) de esta capital indicaron que la entidad es uno de los territorios más atractivos para trasiego de mamíferos, aves y reptiles, debido a la gran biodiversidad de sus selvas y montañas.David López Narváez, director de la institución, dijo que el comercio ilegal de fauna exótica es un negocio que deja grandes ganancias a quienes lo controlan, no así a los lugareños que sirven de guías y se encargan de la captura.“Los campesinos e indígenas obtienen pocas ganancias; son los comerciantes reales los que vienen de fuera quienes se llevan la mayor parte. Se trata de verdaderos traficantes, que tienen nexos hasta fuera del país y estarían comercializando la fauna chiapaneca hasta en el extranjero”, indicó López Narváez. En los últimos cinco meses, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) aseguró en varias carreteras y cruces de caminos, más de 250 ejemplares de mamíferos y aves, que pretendían ser sacados de la entidad, agregó.
b) Fragmentación de su hábitat. Las poblaciones se han quedado aisladas, lo que representa un serio problema, pues se reduce la posibilidad de que encuentren parejas y, por lo tanto, se reduce la variabilidad genética.A su vez esto ocasiona un bajo índice de reproducción, la especie ya no cuenta con el entorno donde pueda satisfacer todas sus necesidades básicas, que le permiten reproducirse con éxito y así perpetuarse.c) Tala de árboles, incendios, la presión de las comunidades sobre los recursos forestales, el avance de la frontera agrícola y la implantación de grandes extensiones de cultivo de helecho, utilizado para hacer adornos florales, son algunas de las causas que explican el proceso de extinción.
En México aún está bastante extendido, excepto en el norte de Chiapas, donde se está perdiendo su hábitat y hay una caza de plumas muy intensa.En Guatemala, de 1880 a 1930, la especie también se vio muy perjudicada debido a la deforestación producida por la implantación del cultivo de café y debido también a la caza de plumas. Sin embargo, en 1960, la población del quetzal aumentó paulatinamente y se le consideró “pájaro nacional”.
Dentro de Costa Rica, en el siglo XIX, el mercado de plumas provocó casi su completa extinción, pero a pesar de esto, la especie pudo mantenerse. Entre 1950 y 1970 aumentó de forma alarmante su captura para el mercado de mascotas y aun así, la especie se volvió a recuperar.En Panamá es poco común la especie y su número continúa disminuyendo debido a la deforestación y a su persecución.Acciones para su conservación.
Actualmente se ha lanzado en México y Centroamérica una serie de iniciativas, a fin de proteger esta especie. Un ejemplo de ello lo constituye la creación en Guatemala en 1976 de una región especial, denominada Biotopo, que vela por la preservación del quetzal. Muchas personas afirman que es imposible criar y reproducir al quetzal en cautiverio. Sin embargo el ornitólogo mexicano Jesús Estudillo López, director del Programa de Conservación de Especies de la Universidad Nacional Autónoma de México, dice lo contrario. Este investigador ha logrado solucionar los dos mayores problemas en la cría de cautiverio: la humedad y la alimentación. Este tipo de investigaciones abren una luz de esperanza en la continuidad de la especie.El hecho de que nazca un quetzal en cautiverio no quiere decir que la especie esté salvada, pero sí hay esperanzas de poder hacer programas en los que de manera más grande se pueda reproducir a estos animales y reforzar las poblaciones.
DATO CURIOSO: Las grandes plumas que cuelgan del macho en la mayor época del año no son la cola, sino plumas coberteras colocadas sobre la cola verdadera y son reemplazadas cada año.

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